He leído mi contrato bancario. ¿Qué hijo de puta lee un contrato bancario? ¿Qué loco tiene tiempo para enrollarse con los detalles de un documento tan aburrido e incomprensible? ¿En este país de 40 millones de habitantes, cuántas personas han leido un contrato bancario? ¿Cuántos contratos se han retirado de los rincones oscuros del armario y se han leído realmente bajo la luz del flexo? Pues sí he leído uno, y esto, sin duda, ha sido la cosa más aburrida que he hecho en la vida.
La verdad es que no tenía ganas de leer ese contrato. Tampoco disponía de tanto tiempo para meterme en su lenguaje súper...hmmm...raro. Lo que pasa es que me tenía que preparar por una guerra con el banco, así que debía leer detenidamente las condiciones del contrato. De verdad, leerlo te da dolor de cabeza, vista cansada y dedos sudados, si curras muy duro para poder comprender sus tecnicismos, te puede perjudicar la autoconfianza o la razón. No podía sacar ningún beneficio de ese acto de leer el contrato, aparte de haber podido mejorar mi español y aprender un par de palabras nuevas, términos muy importantes tales como descubierto y liquidación.
Descubierto no solo significa que "no tienes saldo" o "no tienes plata en la cuenta," aun más, esto quiere decir que "tu saldo se encuentra en negativo, gilipollas." Por otra parte, liquidación se refiere a las pequeñas cantidades de dinerito que aparecen periódicamente en la libreta y que el banco te saca de la cuenta. En otras palabras, "te están cobrando comisión, colega."
Al llegar a Málaga tras haber viajado durante semanas, me sorprendió que mi banco, el Banco Santander, me había cobrado 30 euros en comisiones por descubierto. Joder, con ese dinero, me podría haber comprado tres camisetas, seis CDs de música o deportivos; o mejor ¡podría haber comprado un vuelo a otra ciudad en España!
El pago del alojamiento lo tengo domiciliado en ese banco. Antes de irme a viajar en agosto, retiré todo mi dinero y no quedaba ni un duro en mi cuenta mientras estaba fuera de España. El cobro de recibos domiciliados se efectúa automáticamente al mes, así que cuando llegó el día de cobrarme, mi pobre saldo se puso negativo porque el banco no rechazó la operación a pesar de que no tenía saldo. Esto se llama descubierto.
¿Tiene el banco por qué efectuar la operación aunque no quede dinero en la cuenta? ¿Por qué simplemente no rechaza el cobro dado que no tienes saldo? Es que el banco quiere que la cuenta quede en descubierto un par de días para poder cobrar comisión y entonces, anula el pago del recibo. De esta manera, el banco se va con su comisión mientras pierdes 30 euros y se queda no pagado el alojamiento.
Mi cuenta es del tipo más sencillo que hay en el Banco Santander pero los 12 meses que llevo en ese banco no ha sido sin complicaciones. Alguna vez he podido usar la tarjeta para hacer una compra pese a que no tenía saldo, por eso el banco me cobró unos 10 euros en comisiones. ¿Cómo puede que una tarjeta de débito sin saldo pueda realizar una compra? ¡Eso no tiene sentido! Pero desde el punto de vista del banco, si tiene sentido puesto que hay un montón de clientes que por no saber tal característica de la tarjeta, tienen que pagar la comisión de descubierto.
Esa característica de la tarjeta, y lo de recibos domiciliados no se encuentran en ninguna parte del contrato bancario, tampoco te lo explican al abrir la cuenta, así que no hay manera de saber y evitar tener que pagar las comisiones. El contrato bancario dice algo del descubierto pero no pone las circunstancias bajo las cuales la cuenta puede encontrarse en descubierto.
Al final me devolvieron los 30 euros no porque faltaba información en el contrato sino porque hablé con una chica del banco que siempre me ayudaba. Con ese dinero, MI dinero que había robado el banco, pienso comprar un par de DVDs y algunos libros.
¿Sabes por qué te mandan regularmente un montón de correspondencia tanto sobre los movimientos de cuenta como sobre la publicidad? Es porque pagas por ello, pagas por cada papelito y cada sobre que te lleguen a casa desde el banco. Es verdad. Lee tu contrato.
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