Me da pena que algunos bancos españoles puedan ser súper ineficientes. Me refiero a la calidad de servicio que suele ser bastante mala incluso en aquellos bancos importantes cuya experiencia en esa industria, se supone, es de muchos años. Algunas operaciones que al principio parecen muy sencillas, y como tales, deberían ser fáciles de realizar, a veces te pueden resultar mucho más complicadas de lo que esperabas.
A lo largo de este año he tenido bastantes problemas. De hecho, a mi me da miedo cada vez que viene un correo del banco porque esto me puede significar solamente dos cosas: primero, que me están mandando información de movimientos en mi cuenta, cosa que es habitual y rutinaria, por eso no hay que preocuparse nada, y segundo, que hay algún problema en mi cuenta así que tendré que ir al banco lo antes posible. Desgraciadamente, es el segundo caso muchas veces.
Para empezar, soy cliente de más de un banco. Y con cada uno de ellos (¡¡ufffffff!!) he tenido mala experiencia.
Cuento Inolvidable #1: Banco Santander
Para poder abrir una cuenta en España, necesitarás documentación. Ésta puede ser tu pasaporte, tu DNI, o en el caso de extranjeros, su NIE o tarjeta de residencia. Cuando llegué aquí a Málaga, todavía no tenía mi tarjeta porque aún estaba en tramitación, por eso abrí una cuenta de no residente con mi pasaporte. Al abrir esa cuenta, tuve que firmar una solicitud, la chica del banco me dijo que con esa solicitud el banco pediría a la comisaría de policía un certificado que no era residente de España. En realidad lo que dijo me parecía un poco raro puesto que tenía un visado de residente y ese tiempo mi NIE ya estaba en tramitación. Se lo expliqué todo a ella, pero me aseguró que las cosas se tenían que hacer así, que era algo administrativo y rutinario, y que todo estaría bien. Pues, transcurrieron algunas semanas hasta que un día (¡vaya!) mi cuenta se encontró bloqueada. Súper molesto, fui inmediatamente al banco y esa chica me dijo que la comisaría no había expedido el certificado (ya que mi NIE ya estaba en tramitación, como le había explicado yo) así que el banco tenia que bloquear mi cuenta hasta que estuvo listo mi NIE. A ver, ¿de quien era la culpa?
Cuento Inolvidable #2: BBVA
Como abrir una cuenta me había resultado tan complicado, pensé que cerrar una iba a ser fácil. Pero me equivoqué. Tras haber esperado durante meses, la comisaría me expidió la tarjeta de residencia y fui directamente al banco para cambiar de cuenta. Tuve que cerrar mi cuenta antigua que había abierto con el pasaporte, y abrir la nueva con mi NIE. El chico del banco me dijo que tenia que hacerlo así, dado que el sistema informático del banco no aceptaba cambios en cuanto a la documentación. Pues, me parecía bien y fácil de hacer. Firmé algunos documentos para cerrar la cuenta, me rompió la libreta antigua, y solicité también una tarjeta para la nueva cuenta. Ya está. Ese día salí del banco súper contento. El mes siguiente me llegó un correo del banco llamándome la atención al saldo NEGATIVO de mi cuenta antigua. ¿Como podía ser? ¡Si era una cuenta muerta! Cuando llegué al banco, súper enfadado, descubrí que ese chico había cometido algún error así que no se había cerrado la cuenta. Cerrar la cuenta de un cliente debe ser una tarea facilísima ¿verdad?
Cuento Inolvidable #3: Unicaja
En España, además de los bancos, hay cajas de ahorro. Se supone que su servicio es mucho mejor y suele ser que esas entidades contribuyen al bien de la sociedad a través de programas de educación, cultura y cooperación para el desarrollo. Si pides un préstamo por tu negocio, tal vez puedas aprovechar tasas de interés mucho más bajas en una caja de ahorro. Se dice que están más dirigidas al servicio de la gente. El año pasado la UMA, donde estudio, llevó a cabo un proyecto con Unicaja, se trata de hacerles a los alumnos de la universidad una tarjeta con una serie de usos: carné de estudiante, tarjeta bancaria y tarjeta de autobús. Como en ese tiempo mi carné de estudiante aún no me había llegado, me atreví a solicitar esa tarjeta inmediatamente. Hice la solicitud en la universidad, creyendo que la tarjeta no tardaría mucho tiempo en llegar. Eso fue en noviembre, ahora ya estamos en julio ¡y todavía no ha venido la tarjeta! Cuando fui a la universidad hacia febrero para quejarme, me dijeron que no sabían nada de ello y tenia que informarme en Unicaja. En Unicaja, me dijeron que tenia que preguntar en la universidad, o llamar al número de Atención al Cliente, cosa que era tan aburrida y repugnante que al final decidí dejarlo.
Lo bueno de los bancos españoles es que no tienes que pagar ninguna comisión cuando retiras dinero del cajero automático por la noche y por la madrugada, a condición de que saques dinero de la red a la que pertenece tu tarjeta. En Japón recuerdo que tenia que pagar una comisión pequeña a partir de las 21.00 horas, y cerraban los cajeros automáticos a las 24.00 horas. También los bancos españoles abren los sábados, cosa que no se hace en Filipinas. Si eres turista, puedes abrir una cuenta solamente con el pasaporte, así que es fácil recibir transferencias del extranjero. En los supermercados y los centros comerciales, se encuentran pequeños kioscos de los bancos donde puedes abrir una cuenta o hacer otras transacciones sencillas. Estos kioscos abren incluso por la tarde, cuando los bancos ya están cerrados.
A pesar de esto, por lo general, me caen mal los bancos de aquí. Su personal normalmente no sabe qué hacer, dependen mucho de la red informática donde hay los datos de todos los clientes. Lo que pasa es que a veces esa red es difícil de manejar, así que el personal da información incorrecta a los clientes. Aun más, en algunos casos, la información en esa red no basta, así que el personal es incapaz de solucionar el problema del cliente. Cuando ocurre esto, te quedan dos opciones: puedes esperar un poco (ya que la eficiencia del personal a menudo depende del momento) y pedir a dios un milagro; o mejor, puedes tirar tu cuenta a la basura y cambiar de banco.
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